Una casa monstruosa
Una serie de miedo.
Meritxell Martí / Xavier Salomó
¿Buscas una casa terrorífica?
¿Con una chimenea para sentarte a leer historias de miedo mientras fuera caen rayos y truenos? Y luego, ¿una buena cama para pasar una fantástica noche en blanco?
Ya seas vampiro, bruja o momia, levanta las tapas para encontrar la casa de tus insomnios.
DE LA COLECCIÓN QUE HA FASCINADO A MÁS DE 60.000 LECTORES
Título | Una casa monstruosa |
Autor/a | Meritxell Martí / Xavier Salomó |
ISBN | 978-84-10090-21-7 |
Formato | 24 x 31 |
Páginas | 40 |
Idioma | Castellano, Catalán |
Publicado | Septiembre de 2024 |
Código IBIC | YBC |
Xavier Salomó. Justo antes de acabar los estudios de ilustración en la Escola Massana de Barcelona, Xavier (Sabadell, 1976) conoció a Meritxell Martí (Sabadell, 1972) en una librería. Aquel encuentro significó un giro en su vida. Antes de esto, había creado con una pandilla de amigos una pequeña productora de películas de terror de bajísimo presupuesto que daban más risa que miedo. También dirigió obras de teatro y dibujó cómics para fanzines. Con Meritxell empezaron a publicar libros ilustrados, algunos en Francia. En los últimos años, su proyección internacional se ha consolidado con libros traducidos a (de momento) veinticuatro idiomas. Acompañan su trayectoria varios premios y reconocimientos, como el Prix du livre vivant (2024), el Premio de los libreros islandeses (2023), el Premio de los libreros del Quebec (2022) o el Atrapallibres (2021).
Meritxell Martí. Un tiempo después de acabar los estudios de Música y mientras continuaba los de Humanidades, Meritxell (Sabadell, 1972) conoció a Xavier Salomó (Sabadell, 1976) en una librería. Aquel encuentro significó un golpe de timón en su trayecto vital. Cambió las teclas del piano por las de la máquina de escribir (con la que tecleó su primer texto infantil). Antes de esto, había viajado por el mundo como cooperante y había tocado el piano a lugares muy diversos. Con Xavier decidieron hacer libros ilustrados y llamar a las puertas de editoriales, algunas a París. Traducidos a (hasta ahora) veinticuatro idiomas y ganados unos cuantos premios, en Cataluña, Francia y Canadá, se plantean llegar, por ejemplo, a los hogares japoneses, un buen pretexto para viajar al país de Kiki y Totoro.