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Entrevista a Geneviève Castermann

Pregunta: ¿Podrías resumirnos tu carrera? ¿Cuándo decidiste convertirte en ilustradora de libros infantiles y qué te inspiró a hacerlo? ¿Cuál ha sido tu formación?

Geneviève Casterman: En realidad, descubrí lo que era la literatura infantil y juvenil cuando era maestra. Daba clase a niños de entre seis y ocho años. Era discípula del pedagogo Célestin Freinet y no quería usar un manual de lectura en mis clases, sino «verdaderos» libros (de Maurice Sendak, Arnold Lobel, Tomi Ungerer, etc.). Alquilaba treinta ejemplares de cada título en una biblioteca pública. Un año me enteré de que la madre de una de mis alumnas era editora de libros infantiles. Me puse en contacto con ella para enseñarle mis dibujos. Yo dibujaba desde hacía años y ella me animó a seguir haciéndolo. Así que decidí volver a estudiar y emprender una carrera de ilustradora después de nueve años de dar clase a niños.

P: ¿Cuáles son tus influencias, tus autores e ilustradores favoritos

Geneviève: Me encantan los ilustradores que acabo de citar (Sendak, Lobel, Ungerer…) y Gabrielle Vincent, Martha Alexander, Suzy Lee…, pero también pintores o artistas grabadores como David Hockney, Pierre Bonnard, Edward Gorey, etc. También me gusta mucho el arte contemporáneo.

P: ¿Qué te inspiró a escribir Esperando a Timoun?

Geneviève: Siempre he querido tener hijos. En 1996 decidí adoptar uno y emprendí los trámites de adopción. Hice una postal de Navidad representando a un cocodrilo en un embarcadero y diciendo: «¿Qué nos espera en 1996?». Esta postal es la que está al principio del libro, así como los cuadernos que fui llenando mientras estaba esperando a mi hijo, durante más de dos años.

P: En nuestra opinión, el libro expresa muy bien el sentimiento de esperar algo o a alguien, así como la gestión de las distintas emociones durante este proceso de espera: impaciencia, enfado, preguntas, dudas… ¿Qué hizo que enfocaras el libro desde este punto de vista del proceso de adopción?

Geneviève: El enfoque que adopté se impuso porque era lo que había vivido. El libro nació de lo que escribía en mis cuadernos; es decir, todo lo que viví a lo largo de esta larga espera, y quise expresar los diferentes estados emocionales por los que pasé: el descontrol (alguien dijo –no recuerdo quién– que «esperar es estar desposeído del poder de hacer»), las preguntas que nacían, el sentimiento de impotencia, la esperanza, la decepción, el desánimo, la excitación… Luego, muchos padres me dijeron que habían reconocido su propia experiencia en el libro.

P: ¿Por qué escogiste un cocodrilo como personaje principal? ¿Crees que poner animales como protagonistas en libros infantiles resulta más atractivo para los niños?

Geneviève: He escogido el cocodrilo porque, durante un viaje por Luisiana, empecé una colección de cocodrilos. Pero la encarnación en un animal no es obligatoria. A mí me ayuda para tomar algo de distancia respecto a los personajes, nada más.

P: ¿Qué materiales y técnicas utilizas para tus ilustraciones?

Geneviève: Me gustan la acuarela y el grabado.

P: El uso de colores pastel contribuye a crear la atmósfera de la historia. ¿Cómo te gusta utilizar los colores para expresar cierto humor o crear una determinada atmósfera?

Geneviève: Eso es. Al terminar mis imágenes, me siento satisfecha si me emocionan. Me gustan los ambientes suaves. A veces quisiera tener más contrastes, pero sería como ir en contra de mi naturaleza.

P: ¿Qué crees que el texto añade a la ilustración, y viceversa? ¿Qué relación te gusta establecer entre la historia del texto y las ilustraciones?

Geneviève: Hay una búsqueda en la relación entre el texto y las imágenes. Algunas cosas se dibujan y otras se dicen. En el caso de Esperando a Timoun, son los pensamientos de la madre los que expresan todas las preguntas que se hace.

P: ¿Participas en todos los aspectos de la producción de un libro, como el diseño gráfico y el uso de la tipografía?

Geneviève: Hasta ahora muy poco, porque creía que no tenía bastantes conocimientos en este campo. Pero eso va a cambiar, ya que me gustaría intervenir más en las elecciones gráficas y tipográficas. En L’une danse, l’autre pas (Una baila, la otra no), ya tenía una idea precisa del formato de libro que quería.

P: ¿Qué criterio usas para realizar la ilustración de la cubierta?

Geneviève: Para mí, ha de ser una imagen distinta del libro: no me gustaría tomar una imagen incluida en el interior. Intento hacer una síntesis del argumento, pero que no acabe con la sorpresa que puede haber al leer en las páginas interiores.

P: ¿Qué lectores te gustaría que apreciasen el libro? ¿Todo tipo de niños? ¿Niños adoptados? ¿Adultos?

Geneviève: Desde luego, me emociona cuando encuentro a personas que también han adoptado a un hijo y que se identifican con esta historia. Pero es cierto que este libro se dirige a los niños, a mi hijo en primer lugar, y, luego, a los demás niños, y que tiene como única ambición evocar el deseo y los sentimientos que se sienten a lo largo de esta espera. Me gusta mucho encontrarme con los niños. Durante una presentación, una niña me dijo: «A veces se espera algo que nunca llega». Y otra: «¡Qué mal genio tiene este cocodrilo!». Un día había un debate respecto a si era una historia auténtica y un niño me dijo: «El cocodrilo eres tú. Lleváis los mismos pendientes».

P: Para finalizar: sabemos que acabas de publicar el álbum ilustrado L’une danse, l’autre pas. ¿Podrías hablarnos un poco de este libro y de tus proyectos futuros?

Geneviève: Muy a menudo, mis libros nacen de situaciones vividas. Respecto a L’une danse, l’autre pas, la cosa es que tengo una melliza y llevaba mucho tiempo deseando escribir un libro sobre el tema de los gemelos. Escogí unos pajaritos inseparables, porque quería que uno levantara su vuelo y que el otro se quedara. Esta historia se parece a la nuestra, aunque espero que vaya más allá. En este libro he utilizado técnicas mixtas, la acuarela y el grabado, y he estudiado la combinación de las técnicas, así como la disposición de las imágenes.

Entre mis proyectos siguientes, uno cuenta la historia de un perro flotante llamado Cyrus, un personaje desfasado e inadaptado; el siguiente tratará del alzhéimer, tema también inspirado en mi experiencia personal. El personaje será un canguro. El título provisional es Adelaïde y el hada desorden.

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